¡Comparte nuestra pasión pizzera!

Para gustos colores, no es más rico quien más tiene ni otro gallo cantaría, pero por favor, ¡no hagas locuras con tu pizza!

Junto con las gominolas con forma de Coca-cola y las lenguas de gato, la pizza se nos antoja uno de los alimentos con mayores niveles de adeptos a lo largo del planeta. Será por su sencillez, serán los momentos únicos que nos hace compartir con los nuestros o será que de toda la vida nos ha encantado el pan y todo lo que se le asemeje, y punto.

Por eso a la pizza le sucede muy a menudo como a los juegos de mesa, que en mi casa se juega así, y si le das un poco de manga ancha a la gente, la pobre pizza acaba sufriendo las peores de las aberraciones en cuestión de sabores, colores y formas para acabar convirtiéndose en las orejas del buen pastor alemán de las que todos los críos quieren pegar un par de tirones. Y a este paso acabaremos por toparnos en el descansillo con ofertas de pizza con Risketos.

Por supuesto que no hay una receta única y universal para una pizza de campeonato, y eso es lo que hace de la pizza algo tan grande; desde la versión tradicional napolitana hasta las versiones norteamericanas (donde cada estado es un mundo) pasando por las de Vancouver y San Petersburgo, donde seguramente también confeccionen las pizzas según su buen entender, todas tienen algo en común; siempre que se respeten las bases esenciales para una pizza de calidad: ingredientes frescos, masas deliciosamente traídas al punto perfecto en cada mordisco y los procesos más naturales en su elaboración, el resultado será necesariamente bueno.

Tal vez la pizza no sea para ti más que un bocado como cualquier otro y vuelques en ella toda tu creatividad cuando llega la ocasión. Pero si te consideras un verdadero amante de la pizza, al menos de la versión clásica que todos conocemos, existen al menos seis pecados capitales en los que jamás te permitirás caer.

Estos son.

1. EVITARÁS LAS PIZZAS O BASES CONGELADAS.

Una pizza congelada nunca va a ser una pizza completa, lo mires como lo mires. Aparte del montón de ingredientes añadidos de forma innecesaria que NO nos encontraremos en una pizza de masa fresca elaborada en el día (conservantes y demás añadidos), los toppings tampoco serán de la mayor calidad que digamos. Por no hablar del sabor, la textura final de la masa, etc.

Base de pizza congelada (Shutterstock): Lo que no queremos.

Es cierto que en un momento dado pueden salvarnos en una situación de emergencia. Aún así, si se da el caso y no da tiempo a pedirnos tu pizza artesana favorita, nuestra recomendación es hacerte con una base de masa fresca y simplemente añadir una buena mezcla de toppings naturales, nutritivos y además resultones al paladar.

2. NO JUGARÁS A SER DIOS CON LA PIZZA

Como por ejemplo, cuando nos pasa por la cabeza la idea de convertir nuestra base de pizza en un recipiente que cubrir con nachos y un charco de queso cheddar fundido. Este tipo de pésimas e inapropiadas combinaciones nos traen al recuerdo el clásico argumento de mamá cuando no nos gustaban dos alimentos combinados en el mismo plato: ¡pero si todo esto se mezcla luego en el estómago! Bueno, pues tampoco es eso.

Auch…esto tampoco es de Allô Pizza (Imagen Cooking by Janica)

Hay mundos que simplemente no deben intercambiarse los unos con los otros, y el buen amante de la pizza debe saber bien de qué tipo de mundos se trata.

3. DISFRUTARÁS DE LOS BORDES POR SI SOLOS

¿Para que rellenarlos con un queso a granel que, además, no es precisamente el queso de mayor sabor y calidad? Pues simple y llanamente por lo mismo por lo que hay filetes de merluza con formas de animales: hacerlos más atractivos ya que por si solos no consiguen cautivar a quienes tienen que comerlos.

Bordes con carácter (Allô Pizza Canibal)

Si la pizza es buena, en la caja no quedará ni el recuerdo de la suculenta pizza que pasó por allí momentos antes. Recuerda (salvo que decidamos jugar a ser Dios), la pizza es tanta gastronomía como puede serlo una paella valenciana…y todos estaremos de acuerdo en lo poco que pintan chorizo, guisantes y chistorra en una paella que se precie.

4. NO NECESITARÁS UN ALUD DE QUESO

Aunque a los amantes del queso les resultará difícil de asumir, este no es el momento ideal para saciar las ansias de queso a toda costa. Recuerda que la pizza debe lograr un equilibrio entre todas sus partes (masa, salsa, toppings y queso fundido, por dividirlos de alguna manera). Un triple-cuádruple extra de queso en una pizza podrá mitigar las ansias de los más queseros, pero estará echando a perder la verdadera esencia de la pizza. 

Una pizza cubierta por un enorme bloque glacial de queso hará pasar desapercibido el sabor y textura propios de la masa, y si la salsa de la base es buena, ni siquiera tendrás la oportunidad de disfrutarla. Por supuesto que si ni la base, ni la salsa ni el resto de ingredientes son los mejores, el problema tampoco irá a mayores. Pero si hablamos de una buena pizza como es el caso, el mejor consejo es el de la moderación respecto del queso.

La excepción es, lógicamente, la pizza Cuatro Quesos, donde la preponderancia del queso es el objetivo principal (y aún así deberemos buscar un equilibrio entre todos los quesos que añadamos).

Allô Pizza Cuatro Quesos (así si)

5. NO SE TE IRÁ LA MANO CON LOS TOPPINGS

Tanto en la selección de los toppings que hagamos para nuestra pizza (en ti está elegir una combinación acertada desde el punto de vista gastronómico), como en las cantidades que pongamos de cada uno de ellos, de nuevo la norma debe ser la moderación y el buen criterio.

Porque aunque puede resultarnos altamente tentador aquello de convertir cada pizza en un vistoso crisol de colores, formas y sabores, siempre resultará más recomendable elegir tres toppings que combinen en armonía antes que diez toppings de los que cada uno es de su madre y de su padre.

6. Y NUNCA, NUNCA TIRARÁS DE MICROONDAS

Ya lo hablamos recientemente en un artículo sobre la mejor forma de calentar una porción de pizza del día anterior: el microondas podrá ser la opción más inmediata, pero también la mejor forma de arruinar la posibilidad de disfrutar de tu pizza de ayer como en el primer bocado.

Así que ni microondas, ni horno ni secador de pelo: si quieres disfrutar tu pizza de ayer como recién hecha, usa una sartén con tapa y lo conseguirás.